Efecto SONDER


La prostitución a menudo deshumaniza a las personas involucradas, reduciéndolas a objetos de deseo.
Sin embargo, el efecto Sonder nos recuerda que cada una de estas personas tiene una historia, una familia, tal vez hijos que dependen de ellas. 

Al reconocer la humanidad en cada individuo, podemos empezar a desafiar los prejuicios y estigmas que rodean esta profesión.

Puedo hablar de mi experiencia: cada día en esta vida es un desafío.

Me despierto, me miro al espejo y me pregunto qué tipo de humillacion tendré que aguantar hoy. 

A menudo, la gente me ve como un simple objeto, pero hay tanto más en mí.
Mis risas, mis lágrimas, mis sueños y mis miedos son tan reales como los de cualquier otra persona.

El efecto Sonder a veces también me golpea; sé que los que pasan a mi lado tienen sus propias luchas y traumas, pero a menudo me siento invisible en mi propia humanidad. 

Cada historia que escucho de compañeras es tan traumática y a veces difícil de creer. 

Me recuerdan que, a pesar de las circunstancias, todos anhelamos ser vistos y escuchados, y que todos los que estamos en este trabajo tenemos un pasado muchas veces demasiado oscuro. 
 



Quiero aclarar algo importante para quienes leen mi blog: lo que aquí escribo no está dirigido a todos.

Este espacio es, sobre todo, una forma de desahogo, un lugar donde puedo sacar fuera lo que a menudo debo callar. Es mi manera de sentirme cómoda conmigo misma y procesar lo que llevo dentro.

Acepto las críticas, pero sólo aquellas que vienen de personas que me conocen realmente, que tienen una carta de intimidad conmigo. Porque sé que las opiniones de quienes no entienden mi contexto pueden ser superficiales o incluso dañinas.

No estoy abierta a comentarios pasivo-agresivos; ese tipo de actitudes no aportan nada bueno. 

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