Como Evaluando un Restaurante
Me sorprende y me da asco ver cómo muchos hombres se sienten con el derecho de escribir sobre sus experiencias con trabajadoras sexuales en foros, como si estuviéramos siendo evaluadas como si fuéramos una comida o un producto. Cada detalle es analizado de forma grotesca, desde el "tamaño perfecto" hasta las "calificaciones de rendimiento", como si fuéramos parte de un menú que se puede ordenar y calificar como si estuviera en un restaurante. ¿En serio? ¿Así es como nos ven?
Lo peor de todo es que ni siquiera se detienen a pensar que detrás de cada cuerpo hay una persona, una historia, un motivo.
No estamos aquí por "placer" o por cumplir con sus fantasías. Y es pensar que algunas lo hacer solamente por placer y duversion.
Para algunas estar en este mundo no es una elección sencilla ni superficial, es una forma de sobrevivir, de ganar dinero, de salir adelante. Pero claro, eso no lo ven. Lo que les interesa es si nuestra apariencia "se ajusta a sus expectativas" o si "les complace en todo momento".
"No les importa si estamos cansadas, si tenemos nuestros propios problemas o si estamos luchando por nuestra supervivencia. Yo, por ejemplo, un cierto día pasé toda la noche con mi hijo con fiebre, sin pegar ojo. (Era mi primer cliente del día, y había optado por quedar con él porque ya lo conocía y no esperaba que me hablara con tanta estupidez)
Tuve que escuchar - 'hoy te ves más cansada' o, lo peor, ¿Con cuántos estuviste hoy?' Vosotras suelen atender 10 o mas por dia verdad?
¿En serio?
Dejo claro aqui que nosotras, trabajadoras sexuales, no somos como un buffet libre donde uno puede servirse todo lo que quiera. Y mucho menos conmigo.
Atender a 10 clientes por día es tan ridículo como pensar que puedo satisfacer todos tus vacios emocionales y tu adicción a la dopamina.
"Nosotras, trabajadoras sexuales, no somos como máquinas expendedoras que simplemente entregan dopamina y fluidos corporales.
Muchos se preguntarán: '¿Por qué no te quedaste en casa descansando?'. La realidad es que no podía permitírmelo. No tenia esa opción. Decidí callarme y disimular, porque sabía que hablar de lo que realmente estaba pasando no iba a cambiar nada porque lo que importa es si nuestro cuerpo encaja en sus fantasías. Y cuando algo no cumple con sus expectativas, la crítica es despiadada, como si nos estuvieran calificando en una carta de restaurante.
Lo que más me molesta no es solo el juicio superficial, sino las mentiras patéticas que algunos hombres inventan para engordar su ego. Porque claro, en estos foros siempre hay uno que presume de que "pudo dominar a la chica" o que "la dejó sin aliento", como si estuvieran compitiendo por ver quién tiene la mayor "victoria". En sus relatos, somos todas unas "sumisas" que no pueden esperar para estar a su servicio, como si nuestra única razón de existir fuera para satisfacer sus egoístas deseos. Todo esto, por supuesto, adornado con historias de "sexo extremo" o de "técnicas secretas" que les hacen parecer como si fueran unos dioses en la cama. No tienen ni idea de lo ridículo que suena.
Y lo más gracioso es que muchos de esos relatos son simplemente mentiras, inventadas para inflar su ego y sentirse como el "macho alfa" de la situación. A menudo exageran tanto que ni ellos mismos creen en lo que dicen, pero claro, como en estos foros la mayoría de sus compañeros de chat están en la misma sintonía de mentir para impresionar, todos se dan palmaditas en la espalda. "Ah, sí, seguro que la dejaste sin palabras, macho", "Qué bien que la pusiste en su lugar, eres un crack".
Y mientras tanto, nosotros, las chicas, seguimos siendo reducidas a un rol muy específico, uno que se ajusta a sus fantasías y no a la realidad. Como si fuéramos un simple accesorio para su validación, un trofeo que contar a los demás. Pero, claro, para ellos todo se reduce a su orgullo, a la necesidad de sentirse superiores, de demostrar que pueden "conseguir" lo que quieren de nosotras, sin importar lo que eso signifique para nosotras.
Es cierto que el cuerpo es lo primero que ven, pero es lo último en lo que se deberían enfocar. Si les interesara algo más que nuestro aspecto físico, sabrían que hay una persona detrás, con pensamientos, con emociones, con un propósito. No estamos aquí para cumplir con sus expectativas grotescas, ni para ser evaluadas como un producto en una tienda.
Muchas de nosotras decidimos entrar en este mundo, no es para que ustedes nos califiquen como si fuéramos una mercancía. Es porque, por alguna razón, no hemos tenido otra opción.
Personalmente, cuando me he expresado y he dejado claro lo que no estoy dispuesta a tolerar, fui tachada de **problemática, difícil** o incluso **loca**. ¿Por qué? Porque no acepté ser reducida a un objeto, porque no me callé cuando vi el trato despectivo hacia mí. Mi opinión, mi voz, mi dignidad no valen nada para muchos de ellos, y la reacción a veces es cruel. Si yo hablara abiertamente sobre ellos como ellos lo hacen sobre nosotras, perdería todo. Estaría fuera del juego, me quedaría sin trabajo. Pero ellos pueden seguir juzgándonos, haciéndonos a un lado, como si fuéramos piezas intercambiables.
Lo que más me molesta es esa falta de respeto y humanidad que se refleja en sus palabras. Como si el simple hecho de pagar les diera derecho a opinar sobre todo.
Hablo por todas cuando digo :La próxima vez que escriban sobre alguna experiencia en sus foros, piensen por un momento en que la persona que tienen delante no es solo un cuerpo. Es una mujer que probablemente ha tenido que hacer sacrificios, que ha tomado decisiones difíciles, y que no está aquí para ser su juguete.
Y aquí va un pensamiento que me gustaría compartir: **¿Se han mirado alguna vez en el espejo antes de escribir sobre nosotras?** Muchos de esos hombres que se sienten con el derecho de juzgar nuestra apariencia o nuestras actitudes deberían primero mirar su propio reflejo. Porque, sinceramente, hay muchos que no solo tienen defectos físicos, sino que lo que llevan por dentro es aún más repulsivo.
Su egocentrismo, su falta de empatía, su superficialidad, y su incapacidad para vernos como seres humanos, los hacen mucho más feos de lo que ellos creen. Así que, antes de lanzar críticas sobre nuestro cuerpo, nuestra edad o nuestra actitud, mejor que se miren al espejo y se pregunten: **¿quién soy yo para juzgar a alguien más?**
Pero claro, mientras sigan escribiendo sobre nosotras como si estuviéramos en una carta de menú, seguirá siendo evidente que para algunos, no somos más que una "experiencia" que consumir.
Fernanda Souza 💋